CAFÉS FILOSÓFICOS

La filosofía siempre ha tenido algo de “banquete”, es decir, de convite o festín tanto para la mente como para el cuerpo. Los cafés filosóficos del Ambigú, organizados por Cartagena Piensa y la SFRM (Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia), pretenden recuperar este modo de compartir (ideas y refrigerios) invitando a sus participantes alrededor de una mesa en la que generar un ambiente cordial, distendido y abierto para el discurrir del pensamiento. En la obra El banquete de Platón, se dio cita el mismísimo Eros para elevar a las almas hasta la contemplación de las ideas, mientras las personas asistentes se dejaban llevar por un ambiente jovial y alegre. En nuestros cafés se busca ese mismo espíritu (o daimon) de diálogo amable y abierto al saber.
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MIÉRCOLES 17 DE MAYO 19:00h
Cafetería El Soldadito de Plomo

«¿POR QUÉ ALGO ES BELLO PARA MÍ Y PARA TI NO?». Con Lola Martínez-Pons Ortuño y Clara Campuzano Gómez

«Todos escuchamos Para Elisa de Beethoven y coincidimos en que es una obra bella. Sin embargo, la Mona Lisa de da Vinci genera controversia: algunos aprecian su belleza, mientras que a otros simplemente no les dice nada. Lo que entendemos como bello se ha transformado a lo largo de la historia, desde la concepción clásica como proporción y armonía, la belleza ligada a lo natural en el Renacimiento hasta el desinterés por lo bello de las Vanguardias. Actualmente, nuestra relación con la belleza sigue siendo peculiar: vuelve a interesarnos, pero la encontramos en objetos y entornos radicalmente distintos entre sí. En este contexto, podemos preguntarnos: si alguien no aprecia la belleza de la Mona Lisa, ¿implica que la está percibiendo de manera incorrecta? ¿O es que no podemos hablar de la belleza como una propiedad objetiva, independiente de nuestra apreciación?»

Colabora: Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia

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JUEVES 15 DE JUNIO, 19:00h
Cafetería El Soldadito de Plomo

«¿QUÉ NOS HACE SER SERES HUMANOS Y NO OTRA COSA?», con Eduardo Cano Muñoz

Ciencia y filosofía mantienen una tensión bicentenaria acerca de la cuestión de la diferencia específica del ser humano con respecto al mundo animal. Las pruebas científicas señalan la presencia en otras especies animales de características otrora consideradas como pruebas de la radical especificidad del ser humano como la cultura, el lenguaje y la autoconciencia. Queda sin embargo una última frontera a partir de la cual podríamos pensar nuestra particular especificidad: la conciencia de la muerte. Pero, ¿y si nos atreviésemos a pensar que “el conocimiento de la muerte y de sus terrores” no es, como defendía Rousseau, el fundamento de nuestra humanidad sino, más bien, la prueba definitiva de nuestra animalidad?

Colabora: Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia

 

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